El estudio, realizado frente a
centros de tercera edad, bares de pinchos y en la zona peatonal de Gamonal, ha
demostrado que las áreas donde más esputos se proyectan sobre las aceras se
hallan en unas condiciones de conservación mejores que aquellas en las que el
gargajo verduzco es escaso o nulo. Por este motivo, los investigadores de la
prestigiosa Universidad recomiendan seguir el ejemplo del pueblo español, hacer
sonoras gárgaras arrancando los restos adheridos a fosas nasales y garganta y
lanzar coloridas y viscosas flemas en
los espacios públicos.
“Las líneas de investigación que
se abren gracias a esta tesis doctoral son enormes” -ha declarado el director
del proyecto-. “Ya hemos enviado expertos a España para que estudien el
beneficioso efecto en el patrimonio cultural de la orina y los excrementos de
perro. Los españoles y sus costumbres son un ejemplo a seguir.”
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