Siento el resquemor de la fuerza
cuando escribo estas líneas… La gallina estelar de los huevos de oro fue
sacrificada por la avaricia de George Lucas, nos atormentó con dibujos animados
de sus robots, de los insoportables Ewoks, con las guerras Clon y con los
bodrios galácticos de las tres precuelas, y ahora…, vuelve al ataque.
Hace mucho mucho tiempo George
hizo dos películas excelentes y una patética,
El retorno del Jedi. No seré
el primero que diga que a la tercera entrega le sobraba metraje (hora y media)
y ositos de peluche, pero nuestro George no se dio cuenta y filmó tres más para
contar la historia de Vader. Siete horas para llegar a la conclusión de que fue
el aburrimiento lo que hizo al padre de Luke abrazar el lado oscuro. Estoy
convencido de que si entro en misa encontraré en los últimos bancos asistentes
con monos de yudo y espadas laser. La fuerza se hizo tan soporífera que acabó
por desaparecer de la galaxia.
Una nueva esperanza, George vendió
la franquicia y la Disney se ha encargado del nuevo proyecto, quizás analicen
las películas clásicas y vean que era la fuerza de los personajes y el humor lo
que hizo a El Imperio contraataca y Star Wars convertirse en grandes
clásicos.
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